He conocido y recibido beneficios de esta Comunidad desde hace 15 años y mi inclusión formal fue hace 8 años. En este lapso, he tenido la oportunidad de fraternizar con personas ajenas a mi ambiente laboral, social o familiar, encontrando valores humanos y espirituales plenos de vivencias cristianas y de amor.

Aunque Cristo ha estado en mi vida desde mi nacimiento, muchas veces lo he puesto al lado, por inconstancia en responder a Sus llamados, en lo personal y en lo familiar, a pesar de aspirar a la vida eterna. 

Solo por Su misericordia, fui perseverando y adentrándome en la escucha mediante la Oración, gracias a los diversos métodos de oración, impartidos por nuestro fecundo pastor P. César Corres y guías acompañantes de la misma Comunidad.

Hoy me regocija y fortalece pertenecer a un Grupo de Crecimiento, la práctica constante de la Oración, la Eucaristía frecuente, tener un Proyecto espiritual temporal y el Servicio en una parroquia. 

Agradezco al Padre su mirada amorosa que me lleva a descifrar Su voluntad, aún con los tropiezos y yerros constantes en mi caminar; confío que con la guía de nuestro pastor y hermanos de comunidad, mejore en servicio a mi entorno, en amor a mi familia y en retribución a la Comunidad del Camino.