GC San Ignacio de Loyola - Ciudad de México, México
Para mí entrar a la comunidad ha representado la posibilidad de dejar una vida centrada solo en mis metas y preocupaciones, por una alternativa de buscar vivir como Dios quiere que viva. Yo llegue a la Comunidad con la certeza que Dios existe, sin embargo, esta certeza era solamente una idea que me hacía sentir bien y que en alguna ocasión, me permitió sentir una gran paz. Llevaba ya varios años, como 15 para ser más preciso, desde que había sentido la presencia de Dios, mi vida estaba en orden de acuerdo a los protocolos de mi círculo familiar y social, sin embargo, mi corazón estaba inquieto, buscaba en muchas cosas calmar esta ansia de ser llenado, quiera más de esa presencia divina que había vivido alguna vez, pero que no lograba encontrar de nuevo. Fue ahí cuando me invitó el Padre a probar ser parte de la comunidad, para crecer en el conocimiento de Jesús, y vivir en comunidad como Él espera que vivamos.
La Biblia era para mí un libro que desconocía por no entenderlo, ya que siempre lo había leído como si fuera un libro más. Fue cuando entre a la comunidad que empecé a ESTUDIAR y a conocer la Biblia como un mensaje actual, práctico, didáctico y claro. Quitó la idea de un dios mágico, que lleva cuentas de lo que haces bien y lo que haces mal, y abrió mas la puerta para poder ver una realidad que escapa a mi posibilidad de descripción, pero que se siente y vive en la naturaleza, en la convivencia con otros hermanos. Ha sido una gran bendición saberme amado por Dios, y conocer a un Dios totalmente amoroso, que no lleva cuentas de lo que fallo, y que siempre me llama a hacerlo mejor. Que le gusta estar conmigo y que se comunica de muchas maneras. Amorosísimo, sencillísimo, así es el Dios que he encontrado en la comunidad. A todos les da la bienvenida, no hace diferencias y al mismo tiempo reconoce que somos únicos.
La comunidad y tener un guía espiritual me ha permitido conocer el valor de la oración y la meditación, integrarlos como parte esencial de mi vida y esto ha hecho que quiera conocer mas a Jesús y seguirlo, cosa que aun no logro pero me entusiasma intentarlo y dedicar mi vida a esta tarea. Es un sentido de vida.