Tengo tres años de pertenecer a la Comunidad del Camino y mi motivación principal fue el prepararme en el conocimiento de mi religión en forma más profunda y no ser empírica, para poder transmitir a los demás esa motivación y se me dió la oportunidad a través de una invitación. Principalmente he encontrado pertenencia con un grupo afín, hacia metas que no están exentas de dificultades pero que en comunidad me es más fácil reconocerlas, enfrentarlas y buscar solución. Me siento bien, cómoda y feliz. La guía de nuestro Pastor el Padre César Corres ha sido invaluable para mi crecimiento y el de mis hermanos: constante, amable, estricto y con la sabiduría que claramente el Espíritu Santo le da para guiarnos.

Mi relación con Dios ha crecido, se ha fortalecido al igual que mi Fe. Hoy tengo necesidad de escucharlo para mi crecimiento espiritual y para iniciar mi día a día, a través de la Oración que es algo muy diferente a lo que yo creía y en lo que fui educada, si bien es un buen principio.

Un año estuve en la Comunidad esperando llegar a la etapa de Oración y cuando llegué a ella, me di cuenta que no estaba exenta de dificultades y cuestionamientos, pero al estar en Comunidad podía plantear, reflexionar y fortalecer mi Fe, también reconocer que como otras actividades en mi vida requiere de voluntad y obediencia para establecer una disciplina.

Mi invitación a unirse a la Comunidad del Camino, que es una comunidad de oración que nos permite crecer en forma individual y colectiva y sentirnos siempre acompañados en este camino y a prepararnos en forma continua.